Los comunicadores dinámicos se han convertido en una herramienta imprescindible para muchas personas con dificultades para comunicarse verbalmente. Sin embargo, su implementación y uso por parte de profesionales como docentes, logopedas y terapeutas del lenguaje a veces no es del todo efectiva debido a ciertos errores comunes. A continuación, abordó algunos de los errores más frecuentes y cómo evitarlos.
1. Falta de personalización del comunicador
Cada persona que utiliza un comunicador tiene necesidades comunicativas y habilidades diferentes. Uno de los errores más frecuentes es no personalizar el comunicador dinámico para ajustarse a las preferencias, contextos y habilidades del usuario/a.
Consejo: Toma tiempo para conocer al usuario/a. Ajusta el vocabulario, la categoría de pictogramas y las opciones de navegación del comunicador a su realidad diaria.
2. No involucrar a la familia y el entorno
El/la usuario/a necesita que su entorno comprenda y apoye el uso del comunicador. No incluir a familiares y otros profesionales en el proceso de aprendizaje y utilización del dispositivo puede limitar su efectividad.
Consejo: Capacita a familiares y cuidadores para que sepan usar el comunicador y puedan reforzar su uso en contextos fuera del aula o sesión de terapia.
3. Falta de modelo por parte del profesional
A menudo se espera que el/la alumno/a use el comunicador sin que se le ofrezcan ejemplos de cómo hacerlo. Sin una modelación constante, puede ser difícil para el usuario integrar el SAAC de manera funcional.
Consejo: Modela el uso del comunicador frecuentemente. Usa el dispositivo para "hablar" con el/la usuario/a durante actividades cotidianas.
4. No establecer objetivos comunicativos claros
Un error común es usar el comunicador dinámico sin un plan de objetivos claros y funcionales. Esto puede llevar a que el/la usuario/a no vea el propósito real de la comunicación.
Consejo: Establece objetivos SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y limitados en el tiempo) para guiar el proceso de implementación.
5. Introducir demasiados pictogramas al inicio
Sobrecargar el comunicador con una gran cantidad de pictogramas desde el principio puede ser abrumador para el/la usuario/a, dificultando su aprendizaje.
Consejo: Empieza con un vocabulario básico y progresivamente introduce más opciones según las necesidades y progreso del usuario.
6. No realizar actualizaciones o revisiones del contenido
Las necesidades comunicativas cambian con el tiempo. No revisar o actualizar periódicamente el contenido del comunicador puede hacer que se vuelva obsoleto o poco funcional.
Consejo: Revisa y ajusta el contenido del comunicador periódicamente para reflejar nuevos intereses, necesidades y habilidades del usuario/a.
7. Dar más importancia a la "tecnología" que a la comunicación
A veces, el énfasis se pone en el dispositivo en sí mismo y no en lo que realmente importa: la comunicación efectiva.
Consejo: Recuerda que el objetivo principal es la comunicación funcional, significativa y no el manejo perfecto del dispositivo.
8. No tener en cuenta la motivación del usuario/a
Si el comunicador se usa solo para actividades impuestas o poco interesantes, el usuario puede perder interés en utilizarlo.
Consejo: Introduce actividades que sean motivadoras y relevantes para el/la usuario/a para fomentar el uso espontáneo del comunicador.
Reflexión final
Implementar un comunicador dinámico es un proceso que requiere atención, personalización y una colaboración constante entre el profesional, el/la usuario/a y su entorno. Evitar estos errores comúnmente cometidos puede mejorar la experiencia comunicativa y abrir un mundo de posibilidades para aquellas personas que dependen de estos sistemas aumentativos y alternativos de comunicación.